viernes, 14 de mayo de 2010

aullido



Quiero que en la comisura de mis labios
se me abra tu lengua como una flor,
quiero rasgar tu espalda y dejar en ella el testimonio
de mi caprichosa indecencia y de tu voraz vocación.

Voy a romperme las manos en tu cuerpo,
a liberar fantasías acuosas que esperaban amordazadas
a ser bebidas sin pudor.

Quiero verte llorar de gusto y
hacerte un sitio en mis brazos,
conocer tus ojos saciados y
morderte entre versos ocultos.

Quiero tirar de tu pelo para anunciarte una luna llena
despertándose desde mis pies.

Me afilo los colmillos para vencer tu lengua mojada,
para perderme en un viaje suicida,
para sentirme viva
aunque se me trastabillen los cuentos
en el desván de mi curiosidad.

Yo me araño el pensamiento imaginando batallas,
descifrando momentos en los que nos guardábamos la saliva
para mejor ocasión.

Mas esta noche confieso que quiero escurrir mis gotas de agua
entre tus sábanas planchadas,
que aúllo por gastarte la boca
y sumarte a las huellas de mi colchón.

Yo prometo guardarme el secreto

si tú prometes

descifrarme la piel.






lunes, 3 de mayo de 2010


Fotografía: Chema Madoz

....

-¡Estate quieto!

-No seas pesado.

-Déjame un poco en paz.

-No me pasa nada.

-Vete a dormir, yo iré más tarde.

-Haz lo que quieras.

...

Aquella tarde en una terraza, en la que él te acarició el cuello y tú continuaste hablando con tu amiga, apartando su mano con la expresión de quien aparta una araña negra y pegajosa.

La noche en que te hiciste la dormida para no sentirlo desnudo encima de tu piel.

Las veces en las que te masturbas y te das cuenta de que te enfrías si lo recuerdas a él.

Los días de peleas absurdas y tempestuosas que se despiertan por ansiedad, porque no soportas no soportarle.

Pero la rutina, pero los engranajes de la vida ordenada, pero el miedo a la soledad, el pavorterror a los ecos de la revolución....

... la letra del coche, la reforma del piso y los amigos en común...

... las navidades repartidas, los planes cerrados y los manteles planchados. Los muebles del jardín.

Tantos peros, tantas cosas que meter en una maleta...

... que prefieres cerrarla y olvidarte

de que en ella te cabe todo lo que desearías vivir.