Quiero que en la comisura de mis labios
se me abra tu lengua como una flor,
quiero rasgar tu espalda y dejar en ella el testimonio
de mi caprichosa indecencia y de tu voraz vocación.
Voy a romperme las manos en tu cuerpo,
a liberar fantasías acuosas que esperaban amordazadas
a ser bebidas sin pudor.
Quiero verte llorar de gusto y
hacerte un sitio en mis brazos,
conocer tus ojos saciados y
morderte entre versos ocultos.
Quiero tirar de tu pelo para anunciarte una luna llena
despertándose desde mis pies.
Me afilo los colmillos para vencer tu lengua mojada,
para perderme en un viaje suicida,
para sentirme viva
aunque se me trastabillen los cuentos
en el desván de mi curiosidad.
Yo me araño el pensamiento imaginando batallas,
descifrando momentos en los que nos guardábamos la saliva
para mejor ocasión.
Mas esta noche confieso que quiero escurrir mis gotas de agua
entre tus sábanas planchadas,
que aúllo por gastarte la boca
y sumarte a las huellas de mi colchón.
Yo prometo guardarme el secreto
si tú prometes
descifrarme la piel.