lunes, 8 de junio de 2009




El equilibrio se sostiene sobre finísimas y delicadísimas fibras de papel.

Pero el papel se moja, se rompe, se dobla. Se enmohece.

El equilibrio peligra. Si no lo hiciera no estaríamos hablando de equilibrio, hablaríamos de inmovilidad.

En ese papel están escritas nuestras partituras, las de nuestras vidas, las de nuestras grandezas y miserias.

Pero cuidado, el material es delicado. Puede contenerlo todo, abarcarlo todo, y puede emborronarse en un suspiro.

Entonces... la hoja se queda en blanco.

Nadie hay infalible, imperturbable, intocable. Nadie existe sin dosis propias de debilidad, de agotamiento. Nadie hay sin lados oscuros, sin vicios, sin miserias, complejos, sin penas y sin grises. 

Humano es romperse. Como humano es enfrentarse a la hoja en blanco y 

en silencio
en el escondite propio de las propias fobias y los personales anhelos

volver a empezar. 

Lo que da miedo, mucho miedo. Lo que genera dolor, frustración y rencor... es negarse, es no asumir que cuando somos una piltrafa, cuando nos sacude la vida y se nos enfrían los huesos... crecemos. Avanzamos.

Teme al infalible.

Y zambúllete en tu propia mierda, porque si no, nunca aprenderás a salir a flote.

 

7 comentarios:

Chousa da Alcandra dijo...

En finísimas follas de papel están as partituras da nosa vida. Que non se volvan un borranchón para poder interpretalas axeitadamente non sempre depende do papel; tamén o intérprete, do instrumento e incluso de que os ointes sexan capaces de escoitar os silencios...

Bicos musicalizados

Lu dijo...

Papel mollado, sí señora. E cántas cousas parecían escritas con tinta indeleble e plastificadas sobre un groso papel e hoxe parece que foran escritas en papel de fumar... Que as promesas, os desexos e a palabras bonitas non coñezan o 2.0 é unha merda.

Lembra que o que non nos mata fainos máis fortes... se cabe

Lunática dijo...

Precariedad en forma de equilibrio asumido como lo que somos: humanos cargados de defectos y virtudes. A veces unas, a veces las otras, en ese equilibrio inestable que nos hace vivir.

(Preciosos hilvanes en este post. Saludos)

MâKtü[b] dijo...

El papel es de las pocas cosas que si lo lanzáramos por una montaña prmanecería intacto. Lazas una bola de papel, le das patadas, lo golpeas y simpre te permanecerá esa bola.

Es igual de frágil que resistente, sólo hay que saber cuidarlo y tratar con él, como todas las cosas en esta vida.

Nuestra misión es ser funambulista sin cuerda, para no dañar esas delicadas hojas de papel...

El Ángel... dijo...

Muy bonito y acorde con el ser humanos, todos pasamos por el delicado equilibrio que no permanece más que un momento, cada paso que damos es producto del desequilibrio, sino no avanzaríamos.

Unala dijo...

Llevo unos días siguiendote. Y hoy toca decirte que me gusta leerte. Besos =)

Anónimo dijo...

Se foramos quen de sentilo con toda esta claridade andariamos moito máis dereitiños. Máis confiados,e probablemente máis acougados. Acougo é que nos falla tantas veces...
E si: a perfección é completamente inútil.

Saúdos.