domingo, 11 de enero de 2009


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"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla"

Gabriel García Márquez.

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Yo no sabía todas esas cosas. No las había pensado nunca, vaya.

Hasta que él me las descubrió.

Me contaba historias cuando nos tumbábamos desnudos en una cama. Recorría mi cuerpo con sus labios y de sus labios escuché cuentos fantásticos inventados para mí. 

Me decía que el lunar de mi cintura era en realidad la estrella traviesa y fugitiva de una constelación. Que mi manía de tocarme la cara al hablar provenía de los ritos secretos de mis antepasados: libélulas nacaradas que se relamían pegando las manos a la nariz y se convertían en hadas.

Me enseñó que la cicatriz de mi tobillo izquierdo es en realidad, y sin ningún género de dudas, una media luna impresa por ésta en mi piel, y que por eso siempre estoy pendiente de las mareas. De mi diente torcido me dijo que las perlas auténticas son siempre imperfectas, sobre mis cabellos revueltos me explicó que yo (¡cómo era posible que no hubiese entendido las señales!) estaba en proceso de convertirme en sirena y que éstas, todo el mundo lo sabe, tienen complicaciones para peinarse.

Aquella cama fue muchas tardes una máquina del tiempo, un avión, un arco iris, un tren antiguo, una nave espacial, una alfombra mágica... 

... aquella habitación fue una fábrica de sueños...

... y aquellos sueños fueron tan libres... tanto... 

que ya nunca supimos dejar de volar.




13 comentarios:

Lu dijo...

Magia...

Myself dijo...

Sueños...

espero que nunca dejemos de soñar, perderíamos la esencia de ser...

Chousa da Alcandra dijo...

Sabios que saiban interpretar así de ben os corpos, sobre as sabas da sabiduría, sábese de poucos. Saben ben as tuas sílabas escondidas!!

(E agora unha maldade: cando empezaches o paragrafo " Aquella cama fue muchas tardes una máquina...", sinceramente non pensei que foses dicir "del tiempo"... ;-) )

Un biquiño sabedeiro

Anónimo dijo...

Es bueno soñar, necesario e importante, aunque en ocasiones nos cueste hacerlo.

Por eso disfrutamos tanto de la compañía de aquellos que, como tú, dan alas a nuestra imaginación.

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

AdIvInA aDiViNaNzA... dijo...

Lo de las libélulas es matador. =)

**

Silmarwen dijo...

A la chica de tu foto se le ilumina la barriga... seguro que es la radiación

Miguel Rodríguez dijo...

Gracias por compartir tu magia.
Creo que cada vez que alguien la lee, se vuelve a vivir.

Saludos!

Anónimo dijo...

No hay lugar más sugerente para hacer volar la imaginación que una cama en buena compañía en la que dormir, soñar, hablar y compartir gozando del otro en todos sus estados.

Una historia preciosa.

Anónimo dijo...

Pues a mi me falta un poco de verdad en este relato. Le sobra intensidad, pero le falta realidad, es como si se quedase un poco coja, como si faltase una parte, bonita, a esta historia.
El leísta.

Anónimo dijo...

He estado echando un vistazo a tu blog...me encanta.

El perro andaluz dijo...

En la cama despegas o aterrizas, ambas son valiosas.
Un gusto.

Luis González Varela (Luis Celeiro) dijo...

Coincido con el anonimo en que a este "cuento" le falta algo. Me gusta como describes "tus" defectos y ese sabio que vive en tu cama los convierte en virtudes utilizando el cuento como herramienta pero, le falta un toque realista.

O tu cama realmente te separa del tiempo o no has dejado de volar, aun. Espero que el golpe no sea muy duro.

MâKtü[b] dijo...

y al leerte me e dado cuenta de lo que me falta, alguien que me ayude a soñar, mágico...

Gracias ^^