martes, 1 de julio de 2008





- Cariño, ven de mi lado.
- ¡Nos quitan el sitio Samuel!
- Pues nos sentamos en otro sitio mujer.
- Pero muy juntos que sino me da el frío.

....

" Se arreglaron para el paseo dominical. Ella lleva un vestido de flores, él estrena camisa corta y chaleco. Están guapos y se sienten guapos.

Se sientan en un banco del parque para disfrutar juntos del silencio, para cerrar los ojos y sentir cada centímetro de la brisa.

Siempre eligen el mismo banco porque se recuerdan enamorándose en él. Bueno, en realidad el banco ha cambiado. Esto les entristeció porque habían grabado sus nombres en el viejo. Pero una tarde de besos rebautizó al nuevo y los reconcilió con él.

Él la mira con la ternura a borbotones y ella le responde apoyando, siempre coqueta, la cabeza en su hombro.

No son dos enamorados más en un parque.

No puedo dejar de mirarles por la explosión de mutua gratitud que irradian. No puedo evitar conmoverme cuando él le aparta un mechón de la frente con la suavidad de un suspiro y ella agradece el gesto entrelazando sus dedos y besando, muy quedamente, su mano.

Ella se llama Laura. Él es Samuel.

No son sólo una pareja en un parque. No son sólo dos ancianos acompañándose. Son dos amantes en un banco, sólo queriéndose.

Yo les miro y pienso que la próxima vez que vea dos nombres en un banco no veré sólo dos nombres. Veré a Laura y a Samuel. O a María y a Pablo. O a Lorena y a Natalia. 

Veré...una historia. "

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A primeira vítima na guerra contra o capital ha ser a ignorancia.

O Manifiesto por la Lengua Común é unha mofa. Méntennos. Non me creades a min, non tedes razóns, crede a vosa intelixencia.

Arianrod (Desculpas Galeguiña por empregar tamén este soporte, pero a carraxe precisa de todas as frentes)

Anónimo dijo...

Sin duda, de lo más bonito que has escrito. Fani