lunes, 2 de junio de 2008




Me despido

de nuestros juegos,

de las batallas en cama,

de curarte la espalda.

De ocuparte la vida.


Me despido de tu sombra,

me olvido de los nombres

con que llamabas

a mis manos,

a mis pechos,

a cada centímetro de mi cuerpo.


Me olvido de cómo me enseñaste

a tocarte,

a buscarme,

a encontrarnos.

De cómo me guiabas con tu mano,

de cómo seguías la mía y

me suspirabas.


Me olvido de las huídas improvisadas,

del hotelucho en el que me dejaste sola

una noche

para que te odiara.


No escucho ya

el crepitar de mi piel

si te pienso,

ni escucho tampoco

tus levísimos te quiero.


Hacía mucho que no te me aparecías

y lo hiciste hoy

para que yo sepa,

para que nunca olvide

que siempre

al final...

...me despido.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Fermosísimo. Dolorosísimo. A estrofa do "hotelucho" marabíllame: os ollos fican parados, fixos, nesa palabra, nesa idea, nese concepto terríbel: "para que me odiaras".

As bondades do poema viaxan para alén do lirismo, que sen dúbida posúe a mans cheas, para deitar na voltiña da orella esa pregunta asasina: amaches, ou foches amado, algunha vez tanto?

Hoxe, por iso, tamén podo odiarte, Galeguiña.

Tamén por isto, beizón.

Arianrod

Gretel dijo...

...sen palabras Arianrod....

un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo también te odio! pero que tetricos sois todos.
ay! amalgama de sentimientos sexoconvicotos que os inunda las bajas pasiones y alimenta vuestro friki intelecto.
un saludo

Anónimo dijo...

Algún dia,con tu permiso,intentaré poner música a tus mejores versos..

Gretel dijo...

...quen quere poñer música os meus versos?

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Gretel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gretel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

As pantasmas das lembranzas nunca se detiveron ata que, un dia, sen saber por que, sen atopar o motivo, o dinosaurio desapareceu... o seu grande vacio enchiano catroa arcanxos de petreo marmore con rubicundas enredadeiras en forma de cupula. O espacio era marabilloso e estaba listo para ser ocupado de novo, com se enchen estos lugares de soños fermosos, fantasias ocultas e un non sei que, que nos envolve e nos fai amar...