martes, 27 de mayo de 2008





El sexo anfibio.

El que te despierta para hacerte el amor,
el que olvidas cada mañana,
el que emerge cada noche.

El que te pierde para que te encuentres,
el que te besa los pies.

El sexo anfibio te busca en el agua,
te toma en el suelo,
te seduce en la distancia y
te apetece en sueños.
Te desnuda leyéndote el alma
cuando la luz está templada.

El sexo anfibio nos habla de besos líquidos,
de adioses
reencuentros
casualidades
caprichos
del deseo y de un poco de ternura.

El que es medio mago,
al que arroparías,
el que te saca de tus casillas.

El que tiene alas
pero no vuela.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha gustado t

no digo más

en mi primer comentario

sólo cortarme la cola

y echarla a tus pies

porque no pasa nada

luego crece

Anónimo dijo...

a veces, incluso, puede enseñarnos como somos realmente nosotros mismos.

sigo

Anónimo dijo...

a veces también escupe,
tan alto que no lo ves;
cuando te salpique te darás cuenta
del precio

Anónimo dijo...

a songoku tambien le crecia la cola...