Sabes que me esperas hambriento
y te calmas entre otros brazos.
Brazos cotidianos pero no ansiosos,
besos seguros pero corrientes.
Yo te ofrezco incertidumbre y,
con ella,
pasión, caricias espóntaneas y
valor para vivir la vida que deseas
olvidando la conveniente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario